23 agosto 2009

SOLO UN POCO PARA EMPEZAR: UN PAYASO

Hoy sentado sin saber que hacer lo unico que corre en mi cabeza es saber que es lo que se puede hacer despues, solo empezar contando una pequeña historia para que vayan conociendo un poco de mi historia.

Algo lei hace un tiempo atras, que quizas pueden entender uds mis amigos y la gente que me conoce el como me siento, hace un tiempo un señor muy deprimido visita al medico y despues de muchos analisis;

El doctor le dice: señor mio usted no tiene nada su salud es excelente pero no se como curarle su depresión;
El paciente le respondio doctor usted que cree q pueda
hacer;
el doctor como siempre con el aire de saberlo todo le dice: Hoy en el pueblo se presenta El Magnifico, el mejor comediante del mundo el sin duda podra quitarle su depresion no hay persona que no haya reido en alguna de su presentaciòn
el paciente se levanta y retirandose le dice: el no hara nada por mí
el doctor le responde muy molesto. Por que dice algo sin haberlo conocido
el paciente con una sonrisa melancolica le responde: EL MAGNIFICO SOY YO.


la verdad es que por mas que no tenga corazon, la sonrisa esconde mas de lo que parece, pero para la amistad d uds amigos siempre me veran sonreir aunque no encuentre aun lo que busque, aunque lo haya tenido y dejado ir, aunque pasen muchos años siemrpe me veran sonreir,

Payaso, soy un triste payaso
que en medio de la noche
me pierdo en la penumbra
con mi rasa y mi llanto....

No puedo soportar mi careta
ante el mundo estoy riendo
y dentro de mi pecho
mi corazon surfiendo

hasta una nueva oportunidad y un nuevo comienzo para poder empezar a contarles mi vida, y xq quizas ella cambio para mi

20 agosto 2009

UNA CANCION DESESPERADO

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy. El río anuda al mar su lamento obstinado. Abandonado como los muelles en el alba. Es la hora de partir, oh abandonado! Sobre mi corazón llueven frías corolas. Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! En ti se acumularon las guerras y los vuelos. De ti alzaron las alas los pájaros del canto. Todo te lo tragaste, como la lejanía. Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio ! Era la alegre hora del asalto y el beso. La hora del estupor que ardía como un faro. Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! En la infancia de niebla mi alma alada y herida. Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo. Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio! Hice retroceder la muralla de sombra. anduve más allá del deseo y del acto. Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. Como un vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te trizó como a un vaso. Era la negra, negra soledad de las islas, y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el más terrible y corto, el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de pájaros. Oh la boca mordida, oh los besados miembros, oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo en que nos anudamos y nos desesperamos. Y la ternura, leve como el agua y la harina. Y la palabra apenas comenzada en los labios. Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo, y en el cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! Oh sentina de escombros, en ti todo caía, qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron. De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste de pie como un marino en la proa de un barco. Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Pálido buzo ciego, desventurado hondero, descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Es la hora de partir, la dura y fría hora que la noche sujeta a todo horario. El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros. Abandonado como los muelles en el alba. Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. Es la hora de partir. Oh abandonado.